¿Te ha pasado que tienes claro lo que quieres hacer, pero siempre encuentras una excusa perfecta para posponerlo? La procrastinación no es solo un hábito, es una actitud que puede convertirse en un ladrón silencioso de tus sueños y objetivos.
A esa actitud yo la llamo Avestruz, y entre tu y yo (aquí en privado) mantener a raya a este Avestruz es una tarea de todos los días. Por eso quiero compartir alguna de esas estrategias que pueden ayudar a que tú Avestruz se mantenga tranquilo y no de guerra.
¿Por qué procrastinamos?
El psicólogo Wayne Dyer explicaba que muchas veces, procrastinar es una forma de evadir el miedo al fracaso o al cambio. Postergar se convierte en una zona de confort disfrazada de «más tarde lo hago».
Este hábito no solo frena nuestro crecimiento, sino que alimenta la frustración y el malestar, generando un ciclo donde el placer momentáneo de evitar la tarea se convierte en un peso emocional que se va acumulando.
Pero, ¿qué puedes hacer para cambiarlo?
Empieza por reconocer las emociones detrás de la procrastinación. Pregúntate: ¿Qué estoy evitando realmente? A menudo, detrás de ese «luego lo hago» hay temor a no ser suficiente, a equivocarte o incluso a enfrentar algo que podría sacarte de tu segura y cómoda rutina.
Elabora planes sencillos:
- Divide y vencerás: Una tarea grande puede parecer abrumadora, pero dividirla en pequeños pasos hace que sea más manejable y menos intimidante. Recuerda el principio del UNO, primero afrontamos una tarea y después la siguiente, evitando tener el foco puesto constantemente en lo que aún me queda.
- Crea un compromiso con tiempo límite: A veces, un simple “voy a trabajar en esto solo 10 minutos” es suficiente para superar la resistencia inicial. Y de verdad te digo ¡funciona!. Recuerda que tus palabras son instrucciones para tu cerebro, y este siempre va a resistirse ante lo que puede ser doloroso, convéncele de que solo es un momento, un minuto o diez, y verás como cuando pasan esos primeros 5 o 10 minutos de verdadero esfuerzo, te resulta más fácil añadir otros cinco. Cada vez que me subo en la bicicleta estática me digo y repito con insistencia: «vamos Ana solo 10 minutos y ya» y cuando llego a los 10 me digo «que bien ya he llegado, bueno otros cinco y lo dejo» y así hasta que al final con una gran sonrisa completo 30 minutos, y venzo a mi avestruz, a mi cerebro resistente al esfuerzo.
- Recuerda tu porqué: Conecta la tarea con tus metas o valores personales. Esto te ayudará a ver más allá del esfuerzo inmediato y mantener la motivación. Cada tarea, por pequeña o desafiante que parezca, está conectada con algo más grande: tus metas, tus valores o el futuro que deseas construir. Reflexiona sobre el propósito detrás de lo que estás postergando. ¿Es un paso hacia una vida más plena, un sueño que anhelas alcanzar, o una promesa que hiciste a ti mismo/a? Al conectar la tarea con algo significativo para ti, el esfuerzo inmediato se transforma en una inversión valiosa en tu bienestar y crecimiento. Esa conexión emocional puede ser el motor que necesitas para superar la inercia y actuar. Tómate un momento para visualizar el resultado final. Imagina cómo te sentirás al haberlo logrado, cómo se alinea con tus valores y qué puertas puede abrirte en el futuro. Cuando el “por qué” es claro, el “cómo” se vuelve mucho más sencillo.
Tip práctico: La regla del minuto ganador
Cuando sientas que la procrastinación te secuestra, aplica esta técnica de Dyer:
- Dedica solo un minuto a comenzar la tarea que estás evitando.
- Si tras ese minuto logras continuar, sigue avanzando; si no, toma nota de lo que te frena y vuelve a intentarlo en otro momento breve.
El simple hecho de «empezar» reduce la carga mental y genera impulso, haciendo que el bloqueo pierda poder.
Recuerda: Sé amable contigo mismo/a. Cambiar hábitos lleva tiempo, y avanzar incluso un poco cada día ya es un triunfo. Procrastinar no define quién eres, pero cómo decides actuar frente a ello sí. Piensa en que cuando aplazas una tarea importante, también estás aplazando la vida que mereces. Liderar tu vida implica tomar acción, incluso en los pequeños pasos.
¿Qué tal si hoy das el primer paso? Como dijo Wayne Dyer: “Lo que hacemos ahora crea el futuro en el que viviremos”. Haz que este momento cuente.
Programa online «Atrévete a ser quien eres, sin miedo»
En el programa «Atrévete a ser quien eres sin miedo», trabajamos cómo identificar y gestionar las actitudes que te frenan como la procrastinación, para que puedas avanzar con seguridad hacia tus metas. La nueva edición comienza en marzo, y las plazas son limitadas.
✨ No dejes para mañana el paso que puede cambiar tu vida hoy.
Reserva tu plaza y comienza tu transformación
Porque tu vida merece ser vivida sin miedo y con autenticidad.
Haz que hoy cuente; toma la iniciativa y avanza.
¡Nos vemos pronto!
Un abrazo,
Ana Badiola
P.D. La lista de reserva para la tercera edición del programa online «Atrévete a ser quien eres, sin miedo», está abierta. Aquí debajo tienes el enlace para informarte. Aprovecha esta oportunidad, son muy poquitas plazas.
6 comentarios en «Deja de aplazar tu vida: supera la procrastinación y toma el mando»
ENHORABUENA!!!, muchas gracias por tan sabios consejos que nos ayudan a avanzar y crear un Mundo Mejor para todos
Gracias a ti Arancha y sobre todo felicitarte por tu compromiso contigo misma para seguir creciendo. ¡Sigue adelante!
Estas cosas cotidianas, que se echan a enormes sacos de cosas grises, pereza, desidia…pues resulta que tú Ana les pones un cascabel!! y me encanta porque además aportas soluciones, pequeñas y definitivas soluciones. Gracias.
Gracias a ti Iciar, se trata precisamente de darnos cuenta que aunque requiera mucho esfuerzo, sí se puede poner solución a muchos de nuestros desafíos. No dejes de poner cascabeles y de seguir tu cuidado y crecimiento.
Gracias, Ana. Qué bien explicada la solución a la procrastinación. Yo no suelo caer en es tentación, pero tengo a alguien muy cercano… que le vendrá de perlas tu enseñanza.
Qué gusto tenerte cerca!!!. Gracias.
Gracias a ti Marisa, siempre un placer compartir mis propios aprendizajes. Comparte estos truquitos a ese avestruz que tienes cerca, y así deje descansar a ese avestruz que tanto daño hace.
Un abrazo.